domingo, 31 de enero de 2010

sin sentido



1 comentario:

LeiVa dijo...

En este sin sentido de palabras, no me quiero ir sin dejar una cicatriz de mi paso por aquí. Paradógicamente me quiero ir sin hacer ruido, de la misma forma que llegué. El niño raro y deslenguado que siempre fui, se tragó el veneno de sus cosas, y cuando hay veneno dentro de alguien sólo se puede volver a nacer o morir.
"... hubo tanto ruido que al final llegó el final... ruido envenenado... ruido incomprendido"... hasta pronto.