lunes, 17 de marzo de 2014

normas


cumplir las normas establecidas es algo que prácticamente todo el mundo se ha saltado alguna vez. Y claro, de ahí el dicho de que las normas están para saltárselas.

lo que ocurre que uno puede saltarse las reglas del juego con distintos objetivos, unos más lícitos que otros y buscando su propio beneficio, sin perjudicar al de al lado, o en cambio, saltarse las reglas sin pensar en las consecuencias ni ponerse en el lado del perjudicado. Menos mal que en este caso, los perjudicados ascienden a la cifra de cero...!

me da igual que me tilden de enigmática y esquemática escribiendo este blog: creo que está más que claro por qué escribo estas líneas y hacia quién: y es que está muy bien dejarse llevar por los impulsos y decir cosas o actuar conforme a tus sentimientos y a lo que te sale de dentro, pero hay que pensar en las reglas pero, sobre todo, en las consecuencias y en lo que eso puede conllevar al resto de las personas: sin decir todo lo que uno escribe y pretende eludir y pasar de puntillas por el tema. Y más aún cuando hay una regla no escrita, concisa y breve que deja muy claro la manera de actuar de cada cual.

ayer mantuve una conversación, que no sé definirla bien, extraña cuanto menos. Esto no quita para que evoque épocas del pasado felices (y tristes, sobre todo tristes), que sin duda no dejan a una indiferente; más aun habiendo estado tan implicada emocionalmente como llegué a estarlo…en cambio, me di cuenta de que, para mí, la conversación fue triste, surrealista, absurda. Y sin duda alguna, con muchos atisbos de cobardía y de no querer sacar temas de conversación que se quedarán en el tintero hasta el fin de los días. En el fondo me da bastante lástima….


lo que ocurre es que las reglas son las reglas y están para cumplirse.

No hay comentarios: