lunes, 16 de agosto de 2010

desde lo absurdo


nunca antes me había ocurrido el cambiar de un estado a otro con tanta rapidez. del nerviosismo y preocupación, al más absurdo y estúpido sentimiento de perder el tiempo a cada hora de reloj que pasaba.

no soy propensa a escribir hechos puntuales de mi vida, pero hoy lo requiere:
el sábado pasado me tiré gran parte de la noche en urgencias, esperando a que alguien nos atendiera. (nota mental: sábado de puente en aragón: la precariedad se hace protagonista y se instala y expande en dicho habitáculo)

para empezar, si eres "desplazado", no sé qué clase de alineación planetaria se confabula contra nuestras personas, pero entonces tienes que esperar eternamente a ser atendido, y como "favor personal" te atiende un R1 que lleva un mes en urgencias y desconoce el mecanismo de un tensiómetro. muy rico.

pero lo mejor de todo, es ver que, lo que antes sucedía en una estación vieja y sucia de autobuses, ahora tiene lugar en la salita de espera de urgencias:
los borrachos campan a sus anchas por ella, beben sus donsimones, FUMAN sus cigarritos y vocean constamente, sin que un celador o una persona de seguridad haga nada, tan sólo limitarse a decir "es habitual aquí" y encima le saquen una camillita para pasar la mona de la mejor manera posible.


en la imagen podemos observar, en un segundo plano a la izquierda, un señor borracho, aunque eso sí, no dio ni una guerra, durmiendo.
y en primera plana el protagonista de la velada. cuando le quitaron su donsimon y su cigarro, se acomodó en los reconfortantes asientos de la sala de espera, ya que "no quiso" hacer uso de la camilla que un amable celador le ofreció. y a dormirla!

menos mal que al final compensa la situación cómica y absurda de la que fuimos espectadores que la causa en sí por la que estuvimos allí!

2 comentarios:

Raul dijo...

Joe...., lo que no explicas es porque tuviste que ir a urgencias, ahora estas aqui en la oficina sana y salva asi que entiendo que no eras tu la que tenia la "urgencia"....

LeiVa dijo...

Con razón hay tantas series que sebasan en un hospital o en una sala de urgencias... es que el que más y el que menos tiene una historia quecontar de allí. Te pregunté varias veces por el estado de la enferma... nunca supe nada, espero que todo se quedase en una simple alarma de simulacro.